jueves, 28 marzo, 2024

“Armamos una lista de médicos y enfermeros, a los que vamos a acudir si fuera necesario”

La guerra está declarada. Se trata de un enemigo invisible, lo dijo el presidente y líder en este combate, Alberto Fernández. No hay colores políticos que dividan la perspectiva: salvar vidas. El coronavirus es una enfermedad respiratoria de la cual no hay tratamiento específico ni vacuna. Fiebre, tos y dificultades para respirar representan los principales síntomas. 

Al riesgo del Covid-19 y ante el brote de dengue en Misiones, el gobernador Oscar Herrera Ahuad dispuso hace días la emergencia sanitaria y epidemiológica que contempló la suspensión de clases y una batería de medidas en simultáneo con el gobierno nacional. La ampliación de las unidades de terapia intensiva (UTI), el reacondicionamiento de los hospitales de menor complejidad y la gestión para realizar tests rápidos de la enfermedad son algunos ítems del plan de contingencia del gobierno de Misiones de cara a esta pandemia que estalló en China, que actualmente tiene epicentro en Italia y ya llegó a la Argentina.

La medida más reciente es la confección de un padrón de profesionales de la salud que serán llamados a prestar servicios si la situación lo amerita. Esto se resolvió ayer tras una reunión extraordinaria en la residencia del gobernador, a la cual fueron convocadas las Fuerzas Armadas para que también aporten el listado de médicos que integra sus filas. Todos los estamentos del Estado aúnan esfuerzos y criterios para contener la crisis sanitaria que se viene, pues Misiones todavía no registra casos positivos. En tanto, hay 215 personas en aislamiento voluntario y cuatro sospechosos.

Herrera Ahuad, quien fuera ministro de Salud, después vicegobernador y desde el 10 de diciembre último primer mandatario provincial, recibió a un medio provincial y dio detalles del trabajo desde la trinchera. “Siempre con línea directa con el ingeniero Carlos Rovira, estamos trabajando en las diferentes unidades operativas”, dijo, al tiempo que describió los tres centros de logística: centro de operaciones de fuerzas de seguridad en la Jefatura de Posadas, centro sanitario en el Ministerio de Salud Pública y sala de situación diaria, por la mañana en la residencia de Gobernación.

Cómo se prepara el sistema sanitario de Misiones para lo que vendrá?

La experiencia Misiones ya la tiene, no es la primera epidemia, en este caso pandemia, en la que tuvimos que preparar los sistemas. Ya tuvimos la fiebre amarilla en su momento, después tuvimos H1N1 en el 2009, después en el 2010, 2011, la epidemia de dengue y después nuevamente dengue en el 2015 y 2016 y ahora tenemos otro brote de dengue, y la de Covid-19 potencial porque todavía no está en la provincia. Nos preparamos con diferentes niveles de atención. 

La primera etapa actual es la de diagnóstico y contención, ya con el sistema sanitario ampliado y preparado con las previsiones que requiere la intervención rápida. En ese sentido, se adquirieron respiradores para dotar de la mayor cantidad a la camas existentes en los hospitales de alta complejidad. Había 81 respiradores y se le suma la compra de 110 más que están llegando a la provincia (ya llegaron 29).

¿Cómo se dividen esos niveles de atención?

Tenemos un sistema, y esto es muy bueno que se remarque, que a partir de la decisión del ingeniero Carlos Rovira se fue poniendo en nivel todo los hospitales de alta complejidad y de media complejidad y que a nosotros nos permite, al estar en una etapa como esta, optimizar los recursos hacia las áreas jerárquicamente más resolutivas de la cuestión de la emergencia. Esta va a ser quizás una de las emergencias donde más se va a requerir, inclusive más que el H1N1, la utilización del equipamiento de alta complejidad que Misiones lo tiene. 

Los niveles van de acuerdo a la movida epidemiológica. Si la afección es de baja y mediana complejidad van todos a los hospitales de nivel 1 y 2, la alta complejidad va a los niveles 3 que tienen unidades críticas.

Hoy la etapa que está viviendo Misiones es la etapa de búsqueda, la etapa de la contención y la etapa en la que esperamos en algún momento si aparece un caso, poder comenzar con la asistencia de ese caso en específico, pero también hay otra cosa que tenemos que tener en cuenta: el sistema sanitario no deja de atender las emergencias de todos los días. Todos los días hay pacientes que se infartan, todos los días hay alguna mujer que va a tener a su bebé, todos los días hay un niño que se enferma. O sea, las camas de unidad crítica están constantemente rotando. 

¿Se incrementará la cantidad de camas en hospitales?

El sistema ahora se prepara con un extra de camas que pueden llegar a ser muy necesarias y hasta vitales en la etapa en la que haya un crecimiento epidemiológico. Entonces, el hospital nivel 1 es el que hoy tiene menor índice de ocupación de camas. Son los hospitales de los pueblos donde se atienden pacientes de baja complejidad: un posoperatorio que venga de otro hospital, un cuadro asmático que requiera un tratamiento, algún paciente que se haya desmayado y esté en control. Todos estos casos hoy se atienden en los niveles de baja complejidad. Estos hospitales tienen un 30{3ff13aebe241d80a0f7dbd2f56b77d3811ac54c5405045bb6f635e033c46b244}, un 40{3ff13aebe241d80a0f7dbd2f56b77d3811ac54c5405045bb6f635e033c46b244} de ocupación de camas, son hospitales grandes pero ocupados… A esos hospitales se los ponen en línea con la cantidad de camas necesarias y con un potencial recurso humano que se necesita para poder duplicar su calidad. Ahí están los hospitales nivel 1 que son 43 en las provincia. 

Y una serie de hospitales de nivel 2 que son los que van atender a los de mediana complejidad, que son los de Jardín América, San Vicente, el hospital Favaloro de Posadas, el Baliña, el Carrillo, el hospital de Puerto Rico, el de Apóstoles y el de Alem. Son los lugares a donde van a ir el segundo nivel de atención, los pacientes que estén un poco más complicados, los que requieran una internación y por ahí hasta necesiten oxígeno para mejorar su calidad respiratoria. 

Y después viene todo el grupo de pacientes que pueden requerir la alta complejidad; esos pacientes que necesitan no solamente respirador, sino la asistencia de una unidad crítica, que tengan una descompensación, algún trastorno multiorgánico. Aquellos que necesiten esa alta complejidad, y en esta alta complejidad están el Hospital Escuela, el Pediátrico y la Maternidad, cada uno en su rubro, el hospital de Fátima, el de Eldorado y el de Iguazú. 

¿Qué pasaría si los cuadros graves exceden al plan operativo planteado hasta ahora?

Si los cuadros graves exceden la capacidad operativa, nosotros ya tenemos previsto en el hospital de Fátima, el Favaloro, incrementar su capacidad de complejidad y podemos tener pacientes en unidades críticas. El hospital de San Vicente, en el área nueva, pasa a ser una unidad crítica. El de Aristóbulo del Valle, también, se aumenta la capacidad del Samic de Oberá y Eldorado. Eso en el caso de que la epidemia vaya con un pico y con una virulencia muy alta. Y después viene ya el otro nivel, que es cuando tenés muchos pacientes, que necesitan una asistencia mínima y un control y ser medicados en algunos casos, y eso sí hace que se desborde todo el sistema sanitario, hablando del sector público… lo mismo ocurre para el sector privado, que tiene las clínicas de menor resolución, las de mediano y las de alta resolución que son las que tienen todo el equipamiento de alta complejidad, si se supera todo ese sistema.

¿Se pensó en hacer convenios con hoteles para casos de menor complejidad?

No como una primera instancia. Los hoteles están más bien para los que son ambulatorios y tienen que cumplir los catorce días de resguardo. Nos lo han ofrecido, pero tenemos otro nivel antes de llegar a los hoteles, porque justamente en un lugar, por ejemplo, como el Hogar de Ancianos de Apóstoles que todavía no está habilitado, tenemos más de 100 camas. Y estas 100 camas las optimizás porque estás en un solo lugar, en un solo predio y armás un solo equipo para trabajar con una economía en escala, con la misma cantidad de profesionales. 

Si se supera en la cantidad de gente que necesita asistencia, tenemos otro nivel de contingencia, que es ya las internaciones en los lugares en donde nos han ofrecido y ya estamos en proceso de acondicionamiento: el Sana de Alem, que  lo usará la gente de allí si se desborda su hospital local, varios lugares acá en la ciudad de Posadas que ya nos ofrecieron, varios lugares del sector privado, no hoteles, pero sí lugares donde uno puede tener al paciente en aislamiento.

Reforzar la infraestructura es importante ¿Y el recurso humano?

Es importante el recurso humano. Venimos con un recurso humano que trabajó en el dengue que está en esto. Tenemos un plan de contingencia, un estudio, donde sabemos cuántos enfermeros hay activos, trabajando en la administración pública, cuántos enfermeros y médicos hay en el sector privado y cuántos enfermeros hay que se recibieron y no fueron contratados por el sistema. Todos aquellos que todavía no tienen trabajo, nosotros tenemos hoy una lista donde vamos a acudir en el caso de que sea necesario, llamarlos para reforzar… 

Siempre en el caso de que no se pueda aplanar la curva, como dicen los infectólogos…

Exactamente, en ese caso ya estamos hablando de casos extremos, ya estamos pensando justamente en eso y lo mismo pasa con los profesionales médicos, por eso tuvimos la reunión también con las fuerzas, con la fuerza federales, donde pedimos una lista de todo el personal que ellos tienen dedicado a la salud y que estén en condiciones de ser convocados para una contingencia mayor que todavía la provincia no la tiene.

¿Se pueden hacer ya los tests rápidos?

El Laboratorio de Alta Complejidad de Misiones (Lacmi) tiene el equipamiento pero primero se debe validar. Hoy estamos en una etapa donde tomamos una muestra a los pacientes sospechosos, primero la analizamos con el panel viral de la provincia, después se pasa al Instituto Malbrán -que es el que hoy determina todo eso- y en breve se estarán haciendo las capacitaciones para la descentralización, para evitar la aglomeración en el Malbrán, en caso de que se necesite mayor volumen. 

Hoy Misiones reporta pocas muestra, Argentina todavía está reportando pocas muestras y tienen un volumen manejable. Pero esta descentralización primero va hacia sectores que están un poco más complejos como Chaco, Santa Fe, Córdoba, Provincia de Buenos Aires, Capital Federal, creo que Mendoza, y después ya se va a ir bajando la distribución a todas las provincias. 

¿Los tests reemplazan los resultados del Instituto Malbrán?No, en absoluto. Los tests rápidos son los tests de paneles virales que permiten una presunción en un paciente que viene con una línea de riesgo. Pero tenemos que esperar la descentralización porque es muy probable que referenciemos a Chaco durante el proceso. 

Sistema sanitario

El sistema sanitario cuenta con 1616 camas en el sector público y 1813 en el sector privado. Sin embargo, los números varían cuando se puntualizan sólo las Unidades de Terapia Intensiva (UTI). Funcionan bajo la órbita del Ministerio de Salud Pública ocho hospitales nivel II y nivel III que cuentan con UTI, cuyo sector dispone en su totalidad de 104 camas y 81 respiradores. La cifra tendrá variaciones con la incorporación de los 110 respiradores adquiridos con recursos de la Provincia, de los cuales llegaron 29.

(fuente:E.T)

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