martes, 19 marzo, 2024

El empresario paraguayo lideraba la banda narco hace más de 15 años

De profesión narcotraficante. Eduardo González Rojas es de San Pedro del Paraná, Paraguay, tiene un título de abogado y negocios inmobiliarios en Encarnación que lo hicieron dueño de edificios. Pero su verdadera profesión nunca apareció en los registros de hoteles y aeropuertos.

Se trata del principal involucrado de la organización narco que fue desbaratada el martes en Gobernador Roca, pero que tenía su centro de operaciones en Jardín América, además de varios inmuebles en las costas del río Paraná, por donde ingresaban grandes cantidades de marihuana.


Los procedimientos tienen exaltados a investigadores judiciales y policiales. Importantes actores repitieron ayer que están contentos y algunos aventuraron que resolvieron en un 90% el caso.

No es para menos. Es que “los golpes al narcotráfico” suelen medirse en su éxito por las toneladas incautadas -fueron casi nueve de marihuana-, pero son muchos más valorados cuando se logra llegar a los verdaderos dueños de esa carga, la estructura y logística de la banda, que aquí es inmensa.

Una figura aún más difícil es el denominado proveedor de esa droga, que es el rol que le asignan a González Rojas. Incluso, hasta hace poco sólo lo tenían identificados en las escuchas como NN paraguayo y hasta ahora están buscando antecedentes suyos en Argentina. “En principio no tiene”, se dijo.

Sin embargo, más allá de esta causa, su nombre y el contrabando de estupefacientes tienen lazos muy estrechos, familiares. Según consignaron fuentes con acceso al expediente a El Territorio, vivió en Buenos Aires, donde su padre fue asesinado en un caso ligado a ese submundo. Ese legado alcanzó a su hijo, quien también habría sido detenido en Jardín a bordo en una camioneta en un procedimiento antinarcótico.

Como informó este medio en la víspera, González Rojas fue detenido por Gendarmería Nacional luego de un año de investigación. Siempre se movía en Misiones de forma ilegal, luego de pisar la tierra colorada a bordo de lanchas que llegaban a puertos clandestinos. Aquí se alojaba solamente en hoteles -uno muy importante en Puerto Rico era su predilecto- y se movilizaba en autos de alta gama.

Venía solamente a negociar con las cargas que luego terminaban en el mismo destino. “Sólo a Buenos Aires”, se dijo. Cuando fue detenido, tenía en su poder 8.000 de los más de 17.000 dólares secuestrados en la redada de GNA, que además logró dar con casi un millón de pesos, nueve vehículos, lanchas y muchos títulos de inmuebles en toda la provincia.

La logística para la estadía del abogado paraguayo -dicen en el otro lado que nunca ejerció- en Misiones la hacía una mujer que es sindicada como su pareja. Ella no sólo se encarga de las reservaciones, sino también coordinaba las operaciones y la administración del dinero. El miércoles se anunció que “se trata de un clan familiar con roles definidos”, en referencia a los familiares de ella, quienes se unieron a la empresa que le generó incontables dividendos.

Más de 15 años y modus operandi
Al respecto, ya se adelantó que los implicados serán investigados por lavado de activos y asociación ilícita, debido a que sin tener un empleo fijo tenían un poderío económico muy importante, con autos de alta gama y terrenos estratégicos en diferentes puntos de costa del Paraná, donde recibían la droga en puertos propios y la mandaban, para luego cargarlos en camiones.

Aquí surge un punto importante y le da más dimensión al operativo realizado por los pesquisas de la fuerza federal: según se desprende del expediente, la organización operaba en Misiones desde hace más de 15 años. 

Los miembros de la banda se encontraban en sus casas, cualquiera sea, para organizar el transporte de la carga. Así evitaban dejar rastros en el éter, por si sus teléfonos estaban intervenidos. Esa fue una gran complicación de GNA, más teniendo en cuenta que las escuchas, por el contexto de pandemia, se están haciendo en diferido y las grabaciones de las conversaciones de teléfonos pinchados llegan dos o tres días después.

Las cargas eran almacenadas en las fincas mencionadas, Candelaria o Posadas. De allí a la gran urbe en camiones, que evitaban los peajes para no quedar registrados. Desde el corredor de la ruta 12 llegaban a la ruta 14 por las arterias provinciales 6 y 113, para luego llegar hasta Cerro Azul, pasar por Cerro Corá y finalmente arribar al gran Posadas, evitando así el que está instalado en Santa Ana.

Como informó este medio en la víspera, las investigaciones pudieron determinar que el martes un camión con la droga iba a estar en la finca de Gobernador Roca. Por eso las autoridades de la Fiscalía Federal Dos, a cargo del Diego Stehr, actualmente subrogada por la secretaria Silvina Gutiérrez, ordenaron el allanamiento para dar con el estupefaciente, valuado en cerca de 1.370 millones de pesos. 

Eso activó los demás procedimientos, que se hicieron en inmuebles de Posadas, Jardín América, Puerto Rico, Colonia Polana y Colonia Gisela, donde se secuestraron diversos elementos de interés para la causa. Las cuatro detenciones -incluido González Rojas y su pareja- se hicieron en la vía pública y hasta ayer a la noche había dos personas en condición de prófugos.

Según pudo saber este medio, en la víspera todos fueron trasladados al Juzgado Federal de Posadas, donde se abstuvieron a declarar ante el juez José Luis Casals, quien está subrogando a su par Verónica Skanata. Seguirán presos, claro, porque los pesquisas confían tener los elementos para afirmar que la banda misionera y González Rojas son narcotraficantes.

En 2017 fue señalado como un sicario

El 26 de agosto del 2017 a las 6 de la mañana González Rojas fue detenido en una camioneta junto a otras dos personas por la ruta Granero del Sur, en Itapúa, Paraguay.

Según las informaciones de la prensa del vecino país, el grupo se estaba trasladado a San Pedro de Paraná, donde tenían planeado matar a una persona que no fue identificada.

Por eso también fue señalado como un sicario.

En su poder el grupo tenía dólares, pesos y un revólver calibre 40 con 13 cartuchos, además de siete teléfonos celulares.

Entonces quedaron detenidos en la comisaría de Pirapó, a disposición del Ministerio Público.

Sin embargo, ayer el intercambio de informaciones de autoridades paraguayas con investigadores de GNA arrojó que ese hecho no aparece entre los antecedentes del empresario inmobiliario.

Los otros dos secuaces fueron identificados como Osvaldo Antonio Flores y Gustavo Rojas Verón.

Y este último nombre también aparece en los registros de la Justicia Federal.

También es oriundo de Paraguay quien sería el primo hermano de González Rojas y según información a la que accedió este medio, fue condenado en julio del 2016 a nueve años de cárcel por el delito contrabando de estupefacientes agravado por estar inequívocamente destinado a ser comercializados y por la intervención en el hecho de tres o más personas.

Fue detenido el 9 de octubre del 2012 en Zárate, transportando tres toneladas de marihuana en un camión que salió de San Gotardo, junto a otras cuatro personas, uno de ellos misionero y otro paraguayo radicado. Entonces Rojas Verón tenía domicilio en Villa Zabaleta.

La investigación estuvo a cargo de Prefectura Naval Argentina e incluyó un efectivo infiltrado en la organización.

(Fuente: E.T)

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