martes, 23 abril, 2024

“Veía cómo le pasaba el cuchillo por la cara de mi bebé”

La joven que escapó de la escena del crimen tras ser abusada por el imputado salió a desmentir al acusado. Dijo que adoptó una actitud dócil para salvar su vida y de su hijo


Pocas horas después de la declaración indagatoria que brindó ante la Justicia de Puerto Iguazú Jonathan Ferreira (33), detenido como único responsable del asesinato a puñaladas de Bruno Méndez (25), la joven de 18 años que denunció haber sido abusada por el imputado luego de consumarse el ataque a su novio fallecido decidió romper el silencio ante los medios de comunicación y desmentir varias de las declaraciones hechas por el acusado en sede judicial.

Mediante una entrevista que concedió el jueves por la noche a un canal local la muchacha dio detalles de cómo escapó de la casa de Polaquito Ferreira, ubicada en el barrio Villa Alta de la Ciudad de las Cataratas y aclaró que contra su voluntad tuvo que mantener una actitud dócil para salvar su vida y la de su pequeño bebé que también se encontraba en ese momento en la horrenda escena.

Indicó que lo que comenzó como una noche de diversión terminó en tragedia y destruyó a dos familias completas. En su relato la joven ratificó lo que viene informando este medio en torno a las circunstancias generales del suceso, sin embargo brindó detalles crudos de una noche de terror.

Reconoció que consumió bebidas alcohólicas y que fumó por primera vez marihuana. En ese contexto señaló: “No sé por qué lo hice, sólo lo hice”. También manifestó que cerca de las 3 de la mañana intentó volver a su casa con su hijo, aprovechando que el homicida había dejado la casa para comprar otra botella de vino. “Mi bebé dormía en mis brazos, yo le dije a Bruno que me quería ir. Salí de la casa, él salió , estuvimos hablando porque estábamos medio peleados y él me dijo ´Gorda, quédate´ entonces me quedé. Entramos y volvió el Polaquito con el vino” reconoció.

A su vez, detalló que durante toda la velada, el dueño de casa intentó acercarse a ella y recordó que Bruno estaba celoso. Sobre su relación con Méndez contó: “No estábamos juntos como pareja, estábamos compartiendo como amigos porque la familia de Bruno no aceptaba la relación y no queríamos que el Polaquito le cuente al hermano que nosotros éramos novios”.

Por otro lado, la joven confirmó que en un momento dado de la madrugada El Polaquito se ofreció a cuidar al bebé mientras ella y su novio mantenían relaciones sexuales en una habitación de la casa. Pero aclaró que en un momento dado el imputado intentó propasarse con ella y ahí fue cuando se registró el ataque.

En relación al ataque que sufrió su pareja, la entrevistada comentó que “él estaba ahí sangrando y me pedía ayuda. Mi bebe lloraba y El Polaquito me dijo que lo calmara, entonces le di la teta para calmarlo. Bruno me pedía ayuda y yo no podía ni acercarme porque me dijo que me iba a matar”.

Puede ser una imagen de 3 personas, personas de pie y texto que dice "REG PUER Víctima Homicida"

En la continuidad de su dramático relato, la muchacha describió que después de ser sometida sexualmente se vio obligada a ser dócil con su atacante porque este amenazaba a su hijo. “Llegué a decirle ‘te quiero’ porque veía cómo le pasaba el cuchillo en la cara de mi bebé”, dijo la chica en torno a uno de los momentos más traumáticos que le tocó padecer la madrugada del homicidio.

Remarcó que podía ver cómo Bruno agonizaba hasta la última vez que El Polaquito lo apuñaló “él pedía ayuda, vi como respiraba hasta que lo apuñaló de nuevo y dejo de respirar”.

Entre los detalles de la declaración de la joven, resaltó que en dos oportunidades el acusado intentó asfixiarla en una de ellas se defendió tomando un cordón con una llave que tenía colgado del cuello a su agresor y logró que este la suelte”.

Por último remarcó que “lo único que quiero es que se haga justicia, primero por Bruno que ya no está, y después por mí que estoy muy mal”.

Defensa en indagatoria


Contrario a lo que se esperaba en la previa, el mismo jueves por la mañana, el imputado se presentó en audiencia indagatoria ante el titular del Juzgado de Instrucción Tres de Iguazú, Martín Brites, y decidió dar su versión de los hechos.

Durante su exposición confesó el crimen, pero señaló que solo se defendió y que tuvo relaciones consentidas con la joven.

También aclaró que cuando ella vio la sangre y el cuerpo, se desesperó, por lo que salió corriendo hacia afuera a pedir ayuda, momento en el cual fue rescatada por un vecino.

Tras su declaración se lo imputó por “homicidio criminis causa y abuso sexual con acceso carnal y privación ilegitima de la libertad”.

Mientras se llevaba a cabo la indagatoria, familiares de Méndez hicieron vigilia fuera del Juzgado. En un primer momento tenían como objetivo congregarse frente a la comisaría Primera para esperar el traslado de Ferreira a sede judicial. No obstante, el detenido fue movilizado más temprano a lo previsto, por lo que se congregaron directamente allí.

El caso

Abusos sexuales reiterados, un joven apuñalado agonizando en la sala y un niño durmiendo en otra habitación, mientras que la música sonaba a todo volumen haciendo inútiles los pedidos de ayuda de las víctimas. Esos son los detalles del horror que se vivió en Puerto Iguazú ayer por la madrugada, un verdadero infierno que terminó dejando un muerto y un detenido.

Los sobrevivientes de esta historia son una joven de 18 años y un bebé de apenas un año. El joven asesinado era su novio desde hace pocas semanas y fue identificado como Bruno Méndez (25), quien había vuelto a instalarse en la localidad fronteriza luego de trabajar en el Sur del país.

Victima del atroz caso ocurrido en Puerto Iguazú- Bruno Méndez (25)

Madre e hijo están ahora al resguardo de su familia y profesionales de la Policía de Misiones y el Poder Judicial para poder atravesar de la mejor manera posible las secuelas físicas y psicológicas del trauma. Su testimonio es clave para el avance de la investigación, que tiene como único sospechoso a Jonathan Nazareno Ferreira (33), conocido como Polaquito en Cataratas.

Según pudo reconstruir este medio en base a fuentes policiales, judiciales y vecinos de la zona que intervinieron en el hecho, todo ocurrió sobre la calle Artigas del barrio Villa Alta. La joven y Méndez fueron con el menor a visitar a Polaquito cerca de la 1 de la madrugada de la víspera. Compartían el rato entre bebidas alcohólicas hasta que sobrevino la inexplicable sucesión de violencia.

Fuentes del caso reconstruyeron en base al testimonio de la muchacha que avanzada la noche la pareja le pidió a Ferreira una habitación para tener relaciones sexuales y el dueño de casa les facilitó el lugar. Sin embargo, en pleno acto se metió en la pieza y quiso propasarse con la joven, por lo que inmediatamente Méndez lo empujó. Entonces se inició una pelea.

En la habitación empezaron los empujones y gritos hasta que Ferreira apuñaló a Méndez. Luego lo llevó hasta la sala, donde lo atacó nuevamente, por lo que la víctima quedó en el piso malherida. En esa instancia Polaquito volvió al cuarto.

Lejos de que el infierno se termine ahí, el homicida subió la música de la casa a todo volumen para que afuera no se escuchara lo que ocurría, valiéndose de eso para violarla. Señaló que el ultraje se repitió durante mucho tiempo mientras su novio agonizaba y gritaba en la otra sala y su hijo dormía -lo hizo toda la noche- en otro sector de la casa.

En esta parte de la historia surge un detalle que describe la perversidad y la saña con la que se presume que actuó el homicida: luego de cometer los abusos, volvió a la sala y con la misma arma remató a la víctima, asestando puñaladas en órganos vitales.

Tras el homicidio, la joven madre estuvo cautiva hasta que se hizo de día. Relató ante los investigadores que en determinado momento vio como el asesino tomó una pala, arrastró el cuerpo hacia afuera y se dispuso a cavar una fosa para enterrarlo. Inició el trabajo hasta que se rompió la herramienta y debió buscar otra, instancia en que su víctima aprovechó para huir.

La victima y ex pareja de Bruno (18)

No podía salir por la puerta delantera, por lo que la única vía de escape era la puerta trasera. Tomó a su hijo, ganó el patio e intentó subir el muro perimetral de un pasillo lateral que está compuesto por chapas. Afuera llovía y Ferreira llegó rápido para impedir la fuga, instancia en la que ella empezó a gritar y golpear el chaperío con todas sus fuerzas.

Un vecino se acercó por el cerco perimetral a asistirla, por lo que primero puso a salvo a su hijo y recién entonces escapó del inmueble.


“NO LLAMES A LA POLICÍA, MATÉ A UNO”


En medio de esa situación, Polaquito pudo huir de la escena y se refugió en la casa de un vecino. Efectivos de la Comisaría Segunda de Iguazú fueron advertidos de lo sucedido cerca de las 10 de la mañana y lo detuvieron momentos más tarde. Ahora está a disposición del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, a cargo de Martín Brites.

“Yo había llegado a casa y escuché que -Ferreira- estaba con la pala, pero no le di bolilla porque él era loco y agresivo con todos. En un momento dado entró a la casa, mamá estaba adentro, me miró y dijo: ‘Hernán, no llames a la Policía, maté a uno’”, reveló un vecino directo sobre la secuencia posterior y la confesión del homicida, que no tiene ningún valor en el proceso.

Añadió que el acusado estaba todo sucio, con la remera manchada con sangre. “Entonces mamá llamó por teléfono al papá del Polaquito, que llegó rapidísimo. Fue él quien lo sacó de la casa y lo entregó a la Policía que ya había llegado y estaban con la chica en la casa del otro vecino”

El testigo expresó que cerca de las 23 de la noche anterior había pasado por el frente de la casa del acusado y “como siempre era un desastre, música fuerte, estaban tomando. Yo seguí de largo nomás, estaban en la oscuridad. No miré mucho porque no quería problemas”.

Según detallaron fuentes policiales, la casa en la que habitaba el acusado había sido cedida por sus padres y el hombre vivía solo en el lugar, donde tenía una pésima relación con la vecindad.
“Se sabía que esto iba a terminar así, si no le mataban, iba a terminar matando a alguien”, fue, palabras más o menos, el relato que se repitió varias veces.

Mientras la Policía realizaba los peritajes, los vecinos en la esquina exponían su experiencia con el detenido. Todos tenían en común el haber sido víctimas de robos, amenazas e incluso haber discutido con el joven, a quien muchas veces también denunciaron por ruidos molestos.
“A mí me robó tres veces, rompió las rejas de mi casa y varias veces me pidió que lo llevara a comprar drogas, algunas veces lo llevé porque si no cumplías con él, tiraba piedras, te robaba o te amenazaba” contó un vecino.

“Yo no dormía de noche si no venía mi hijo a casa. Polaquito siempre estaba merodeando, muchas veces lo encontramos dentro del terreno. No podíamos reaccionar porque siempre tenía un cuchillo o puñal en la cintura”, contó una mujer.

Fuentes policiales confirmaron que el acusado tiene un importante prontuario de delitos contra la propiedad, agresiones y consumos problemáticos de alcohol y estupefacientes.

También se dijo que cumplió una condena por robo calificado bajo la modalidad motochorro, aunque el Servicio Penitenciario Provincial no tiene registros de que haya estado recientemente privado de su libertad en una cárcel.

Jonathan Ferreira fue alojado en una dependencia a la espera de ser citado a prestar declaración indagatoria ante las autoridades judiciales. Las prendas de vestir fueron secuestradas para un futuro cotejo genético y en las labores de rigor de la casa se incautaron dos cuchillos que serán peritados para establecer cuál es el arma homicida.

Investigadores confían en que los elementos son suficientes y contundentes por lo que todo indica que fue el inicio de una muy larga estadía entre las rejas.

UNA NUEVA VIDA EN EL DUELO:

Bruno Méndez (25) era oriundo de Puerto Iguazú, pero estaba instalado nuevamente en la ciudad desde hace pocas semanas, luego de dejar su trabajo en el Sur del país porque su madre estaba muy enferma. Su progenitora terminó falleciendo, por lo que finalmente decidió quedarse en la Ciudad de las Cataratas para estar más cerca de su padre. Entonces alquiló un lugar a 100 metros de donde fue asesinado.
En el inquilinato conoció a quien era hasta ayer su pareja y pronto establecieron una relación sentimental, hasta que el horror terminó marcando el final de su vida.
Su cuerpo fue derivado a la Morgue del Poder Judicial para la realización de la correspondiente autopsia y sus familiares esperaban sus restos en medio del desconsuelo.
La localidad de Puerto Iguazú y la provincia entera no salen de su asombro por los terribles hechos.
En cuanto a la joven, fue contenida por profesionales y se activó el protocolo para los casos de abuso sexual. Se va a esperar a que esté en condiciones para citar al Juzgado y así pueda ratificar lo vivido.

“Veía cómo le pasaba el cuchillo por la cara de mi bebé”
El jueves, en indagatoria, Jonathan Ferreira dijo que se defendió de un supuesto ataque de Méndez